Morir por mí y para mí, para volver a renacer en mí con todo lo que ello implica, respirar sin más y con todo, con la piel desnuda y sintiendo que puedo lo que quiera, lo posible y lo imposible.
Sintiendo una revolución en el centro, en el interior de mi vientre y recorriendo cada celula de mi cuerpo, cada pasión y cada instinto...
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